Imaginaos que el rey no
hubiese sido nombrado por un dictador. Imaginaos que la historia que nos han
contado sobre que el rey trajo la democracia, que la defendió heroicamente
contra los golpistas durante el 23-F, etc., fuese todo cierto. Imaginaos que el
rey no cazara elefantes, que él y su familia fueran modélicos, que Urdangarín
fuese un honrado entrenador de baloncesto, etc.
Imaginaos que en España
hubiese habido cuatro repúblicas (aún serían menos que en Francia), y que todas
ellas hubieran sido un desastre.
Imaginaos todo lo que
queráis. Pues aún así, todavía deberíamos continuar reivindicando la REPÚBLICA.
¿Por qué?
- Porque creemos que la
democracia y la transparencia deben llegar a todas las instituciones del
Estado, incluida la jefatura.
- Porque pensamos que todos
los ciudadanos deben ser verdaderamente iguales ante la ley y que nadie puede
ser “irresponsables ante la ley”, como el jefe de estado actual.
- Porque nadie debe poseer
ventajas estamentales o privilegios especiales de familia, sino que todos los
que accedan a los cargos o instituciones públicas lo deben hacer habiéndose ganado
la confianza de sus ciudadanos en unas elecciones libres.
- Porque lo que interesa de
verdad de los cargos públicos, incluido el jefe de estado, no es su vida
privada, sino su actuación pública, de la cual deben dar cuentas ante los
representantes de la ciudadanía elegidos democráticamente.
- Porque creemos que la
monarquía, como sistema mediante el cual una familia es portadora de la
representación máxima del Estado y una persona ejerce el cargo de jefe del
Estado por herencia, es una institución obsoleta y residual, herencia del
Antiguo Régimen feudal, anterior a la modernidad, totalmente incompatible con
la idea de igualdad de derechos de todas las personas e incluso con la
democracia.
14 de abril, Día de la República
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