La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix, 1830. Museo del Louvre, París)

viernes, 10 de junio de 2011

Los “indignados” indignantes

Lerma, Such y Boix, acosados por los indignados (Las Provincias, 10-06-2011)

Por desgracia, hay demasiada gente que confunde la astrología con la astronomía, e incluso la gimnasia con la magnesia. Creer que todos los políticos son iguales, y que todos los partidos son lo mismo, es equivalente a creer que 3 es igual a 33 (y no dudo que haya también gente que crea esto último; hay demasiados “creyentes” en el mundo, comparados con el número de “pensantes”).

Los que abroncan, insultan y escupen a los diputados del PSOE no saben que quizá antes de que muchos de ellos nacieran éstos ya estaban luchando contra la dictadura (la auténtica) y ayudando (junto con otros muchos entre los que me digno en encontrarme) a traer a este país la democracia (la nuestra, que aunque sea mejorable no deja de auténtica, por mucho que griten algunos) y luchando por una sociedad más justa.

Pero ver este vídeo me ha producido mucha tristeza e indignación (de la verdadera). Si por este camino algunos supuestos “indignados” piensan que van a hacer la “revolución”, lo único que van a conseguir es alejar del movimiento a muchas personas que en algún momento hemos pensado (y quizá continuamos pensando) que el Movimiento 15-M podría ser una buena oportunidad de regeneración del sistema político y de profundización de la democracia.

Pero, para conseguir sus objetivos, los participantes sensatos en el movimiento (que quiero pensar que son la mayoría) deben comprender que tienen que ganarse para su causa a la mayoría de la sociedad, incluidos los militantes y votantes de al menos uno de los partidos mayoritarios (¿adivináis cuál?). Y con actuaciones como las que se ven en el vídeo, se alejan de los objetivos. Como indiqué en una entrada anterior el movimiento debe centrarse en las reivindicaciones democráticas compartidas por todos, basadas en los cuatro puntos aprobados en Madrid el 25 de mayo, aislando a los "antisistema" que pretendan instrumentalizar el movimiento en provecho propio.

Si ciertas actuaciones policiales no dejan de ser execrables y condenables, la actuación de estos energúmenos que gritan y escupen a los representantes de millones de ciudadanos no puede dejar de ser para mí igualmente execrable y condenable. Sí, no llegaron a pegar a los diputados, pero insultar y escupir ya es agredir. La indignación, por muy motivada que esté, no justifica cualquier cosa, y pierde toda su razón ante actos como éstos. ¿Qué hubiera sucedido si no hubiesen estado presentes los policías?

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