La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix, 1830. Museo del Louvre, París)

lunes, 4 de julio de 2011

La esquizofrenia se instala en el 15-M

Los indignados 'sientan en el banquillo' a instituciones y bancos (El País, 04-07-2011)

¿En qué documento de consenso o en qué decálogo está recogida esta payasada, que además constituye probablemente un delito de amenazas?

En algunas asambleas realizadas en los comienzos del 15-M se elaboraron, tras arduas discusiones, unos documentos de consenso, como el aprobado en Madrid el 25 de mayo o el decálogo de Valencia, que sintetizan en unos pocos puntos las aspiraciones de regeneración democrática de la mayoría de la sociedad; gracias a estas reivindicaciones y a una actuación fundamentalmente pacífica y moderada, el movimiento ha conseguido ganarse una simpatía y una adhesión amplísima y una fuerte capacidad de convocatoria.

En todo movimiento mínimamente estructurado, se supone que los documentos aprobados deben inspirar las acciones y reivindicaciones del movimiento en su conjunto. Sin embargo, después se han sucedido convocatorias, en nombre del mismo 15-M, de acciones como la indicada en el enlace que encabeza esta entrada, o manifestaciones contra las reformas del Gobierno o en solidaridad con los manifestantes vandálicos de Grecia, acciones que no tienen nada que ver con los puntos de consenso aprobados.

Es evidente que en el 15-M conviven dos almas diferentes: la de la regeneración democrática, recogida en los documentos consensuados y a la que muchos nos adherimos, y la de revolución antiliberal y anticapitalista, que yo, y supongo que muchos otros, rechazamos. Ambas tendencias se encuentran en el movimiento desde el principio, pero al menos yo confié en que se impondría el sentido común expresado en los documentos aprobados. Lamento comprobar que no ha sido así. El movimiento debería aclarar esta situación esquizofrénica, porque si no, las esperanzas de muchos que depositamos alguna confianza en la capacidad de regeneración democrática del movimiento se agotarán pronto.

Si en el Movimiento 15-M va a prevalecer la vertiente antiliberal, con ribetes violentos y autoritarios como los que se muestran en la acción indicada o en otros episodios pasados, los que entonan cantos de sirena en forma de reforma de la ley electoral o lucha contra la corrupción deberían quitarse definitivamente la careta, puesto que los que sinceramente aspiramos a estas reformas no estamos dispuestos a seguir siendo “compañeros de viaje” de sus aventuras.

Ni que decir tiene que en una sociedad democrática como la nuestra caben todas las opiniones e ideas, siempre que se defiendan de forma pacífica y con respeto a las ideas y opiniones contrarias. Los que estén en contra del sistema político o económico actual tienen perfecto derecho a luchar por sus ideas. Sin embargo, creo que para oponerse al capitalismo no hacía falta ningún 15-M: ya hay suficientes partidos a la “izquierda” del PSOE que defienden alternativas anticapitalistas.

Los contrarios al sistema socioeconómico deberían esforzarse por construir una alternativa coherente al mismo al menos en la teoría, de forma que puedan ser capaces de ganarse para su causa a la mayoría de la sociedad. De lo contrario, estarán condenados a continuar siempre como fuerzas marginales. Por lo que a mí respecta, desde la bancarrota teórica y práctica del marxismo y del socialismo real dudo mucho de que exista una alternativa tal. Y los que pretendan esgrimir métodos violentos, autoritarios o antidemocráticos, desde luego conmigo que no cuenten ni para la simpatía, y en todo lo que pueda me encontrarán enfrente defendiendo la libertad.

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